El Cementerio Dos Prazeres se construye en el año 1833, ante la necesidad de sacar los cadáveres de las zonas pobladas por las epidemias de cólera, como sucedió en toda Europa. El nombre le viene dado por la finca en la que se decidió su ubicación, que recibía el mismo nombre. Al principio sirve a los habitantes de la zona oeste de Lisboa, donde viven los aristócratas de la ciudad, por lo que este cementerio se convierte en el lugar de reposo de las familias pudientes de la ciudad, convirtiéndolo en un cementerio monumental. En sus panteones y tumbas podemos disfrutar de gran cantidad de arte y símbolos funerarios, la mezcla de creencias y convicciones que se reparten por todo el cementerio. Las heráldicas, los símbolos masónicos, la disposición de las construcciones y los revestimientos y decoraciones de estas se convierten en un gran testimonio de la forma en la que se veía y vivía la muerte en el siglo XIX.