Morahalom es un pequeño pueblo situado al sur de Hungría, pero estratégicamente situado ya que está muy cerca de la frontera con Rumanía, Serbia y Croacia. Su nombre proviene de “Mora Halma” duna de Mora, que era apellido de una familia importante de Szeged, a tan sólo 12 km de allí, por lo que sería una de sus posesiones. Su mayor atractivo turístico son sus aguas termales, ricas en hierro, y la ciudad está llena de balnearios donde poder disfrutar de ellas.
Su cementerio data de 1892, y el campanario que hay en él, de 1900, se sigue utilizando en la actualidad. El cementerio alberga tumbas de todas las épocas, desde su inauguración hasta nuestros días. Aún se realizan enterramientos en tierra como podréis ver en las fotos, y en estos se ve la característica arena de la zona, como de playa o duna, dejando claramente señalado porqué el pueblo se llama así.
Las tumbas más antiguas se encuentran entremezcladas con la naturaleza, entre árboles y maleza algunas veces, dándole un aspecto antiguo pero no abandonado; más bien de comunión con la naturaleza.
En el cementerio además del campanario, hay un enorme pozo de extracción de agua, con forma de guadaña que resulta un poco tétrico, aunque después vi que es el tipo utilizado por casi toda Hungría. Como nota curiosa, en el cementerio solo hay dos estatuas, sin contar las palomas (cuyo significado explicaremos próximamente en un post), una es una virgen con el niño en brazos y la otra, un precioso ángel señalando al cielo.
En la galería a continuación, podéis ver las fotos de este peculiar cementerio.