El Cementerio de Bellu es el cementerio más grande de Bucarest y uno de los más conocidos de Rumanía.
En 1821, el lugar donde se encuentra ubicado el cementerio, albergaba a la corte de la nobleza y el gran jardín de Bellu el Viejo.
En Bcarest se enterraba en las iglesias (aún se conservan muchos de estos cementerios), pero no existía un lugar donde la gente pobre, los presos, y los innumerables fallecidos de las epidemias pudieran descansar. El Barón Bellu cedió estos terrenos para tal fin, pero poco a poco el cementerio se convirtió en un museo, pues las personas más adideradas vieron en él un gran espacio para albergar los monumentos funerarios que honraran a sus difuntos, convirtiéndose pronto en un cementerio de celebridades rumanas.
Se inaugura en 1859 con el entierro de la hija del alcalde de Bucarest en ese momento, C. Rosetti, que falleció a los 3 años. Su tumba ya no existe.
Una de las esculturas más antiguas del cementerio cuenta una trágica historia de amor. Representa a Katalina Boschott, una joven profesora belga que fue a Rumanía a cuidar a los hijos de un médico llamado Andrei Popovici. Se enamoraron y vivieron una aventura relativamente discreta. A principios del siglo XX, Katalina y Andrei fueron juntos a Baile Herculane, una especie de resort donde disfrutar un poco de su amor, y ella falleció allí mismo de peritonitis después de una cirugía fallida. En su tumba había una inscripción que decía “¡Este médico me mató!”, pero nunca se supo a qué médico se refería, si al amante o al que la trató en el hospital.
El cementerio pertenece a la Asociación de cementerios significativos de Europa, así que es una visita obligada si se va Bucarest.