Hace unos días os enseñábamos las tumbas de los pintores impresionistas masculinos más importantes de la historia. Pero también hubo mujeres que pintaban en esta época, silenciadas u olvidadas como ha ocurrido en todas las disciplinas. Hoy en el 123º aniversario de su fallecimiento, os hablaremos de ella.
Berthe Morisot nació en 1841 en Bourges, Francia. Hija de una familia burguesa, fue apoyada por esta, junto a su hermana Edma, a iniciarse en el arte debido a que ambas mostraban dotes artísticas. El 1858 ambas hermanas entran como copistas en el Louvre, después de haber recibido clases de pintura por parte de otros artistas de la época. En el Louvre conocen a Henri Fantin-Latour, quien las ayuda a que reciban clases de Achille Oudinot, artista que impartía sus clases saliendo a pintar al aire libre. Gracias a estas clases pronto adquirió la técnica impresionista de pintar al aire libre.
Su primera participación en el Salón de París fue en 1864 con dos paisajes y continuó exhibiendo allí hasta 1874, año en la que se hace la primera exposición impresionista y en la que participaría con su cuadro La cuna. Berthe y Pissarro fueron los dos únicos pintores que expusieron en todas las exhibiciones impresionistas, (aunque Berthe se vio obligada a no asistir a la de 1879 por enfermedad de su única hija)
Pese a ser una dama de la alta burguesía, rechaza cualquier beneficio de gran dama y se dedica al arte, y enseguida es vinculada al grupo de artistas impresionistas, que era la vanguardia del momento.
En 1868 conoce a Edouard Manet y en 1874 se casa con el hermano de este, Eugène. Fue ella quien instó a su cuñado a pintar al aire libre, aunque Manet nunca se sintió impresionista y no quiso nunca exhibir sus obras junto al grupo.
La relación entre cuñados se estrecha, e incluso ella posa para él en algunos cuadros.
Los cuadros de Berthe Morisot tienen la misma calidad y temática que la de sus compañeros; aún así, es relegada al grupo de “mujeres artistas” debido a que sus pinturas representaban escenas de la vida cotidiana en la que aparecían mujeres y niños y escenas domésticas, no como Monet y Degas, más conocidos por sus cuadros de soldados luchando que por la mujer de la sombrilla o las bailarinas del segundo. Ejem.
A partir de 1880 conoce a Renoir y se nota la influencia de este en la luminosidad de sus obras y en la poesía de estas, que son muy reconocidas y admiradas.
En 1883 su vida empieza a ir cuesta abajo debido a la muerte de Edouard Manet y 9 años más tarde con la de su marido. Educó sola a su hija, Julie Manet, también pintora, y que aparece junto a su madre en varios cuadros de Renoir. Berthe Morisot murió a los 54 años, y su hija quedó al cuidado de Edgar Degas y Stéphane Mallarmé.
Está enterrada en el cementerio de Passy en París, junto a la familia Manet. Sus cuadros actualmente se cotizan en millones de dólares. En el museo Thyssen podemos disfrutar de dos de sus obras, El espejo psiqué (1876) y Pastora desnuda tumbada (1891)