Antes de pasar a la historia por lo que todos le conocemos actualmente, Houdini realizó todos los trabajos que pudo para ayudar a su familia; hubo uno que le marcó especialmente, en el mundo de la magia. Mientras trabajaba en un circo como trapecista, Houdini estudiaba magia y se entrenaba duramente para competir en natación. Abandonada la facción de trapecista se centra en la magia, y más concretamente en el escapismo donde consigue ser reconocido por lo complicado de sus espectáculos.
Inquieto por querer documentarse, consiguió ser un erudito en la historia de la magia; tanto es así que consiguió acumular una magnífica colección especializada en la materia. Harry Houdini no concebía la magia como un truco barato, para él era espectáculo puro. Sus escapismos pasaron a la historia por “salir” de cajas fuertes que arrojaban al mar, de camisas de fuerza reforzadas con cadenas y grilletes de cualquier tipo, o de baúles con mil candados. Como todo buen mago, nunca dijo su método, aunque mitos urbanos dicen que Houdini se introducía las pequeñas llaves que necesitaba en cualquier recoveco de su cuerpo para salir airoso.
Pero si ya en vida Houdini convivía con el misterio, su muerte también parece también tener “truco”, incluso hay escépticos que piensan que no mora bajo su sepultura. ¿Pero como falleció Harry Houdini?
Pues aunque parezca mentira no fue en uno de sus espectáculos, no. Harry siempre había alardeado de poder soportar puñetazos en su vientre: en algunos espectáculos era normal que el escapista cogiera a algún caballero del público para que le pegara y pudiera demostrar sus habilidades de resistencia.
Quiso la providencia que el día 22 de octubre de 1926 Harry se encontrara en el Teatro Princess de Montreal. Se hallaba en el camerino preparándose para realizar uno más de sus espectáculos. Un estudiante llamado Joselyn Gordon acudió a verle al teatro, pero antes del comienzo del evento fue a verle al camerino; después de la presentaciones Gordon fue al grano: quería pegarle unos puñetazos en el vientre para saber si Houdini aguantaría. Por supuesto el escapista se quiso dar un baño de ego y dijo que sí; lo que no se esperaba es que Gordon le propinara el golpe sin avisar cogiendo a Houdini por sorpresa. Según testigos oculares de aquel incidente, Gordon no le dio sólo uno sino que le siguió golpeando varias veces. Houdini en principio se quejó, pero pero no le dio mayor importancia y siguió con su ritmo de vida.
Varios días después Houdini comenzó a quejarse de dolores fuertes de estómago y esta vez sí que acudió al médico. El facultativo le dijo que podría ser una apendicitis que habría empeorado debido a los golpes de Gordon; le sugirió tratamiento pero Harry lo rechazó de manera categórica, tenía que seguir con sus números de escapismo. Estando en Detroit días después su médico volvió a examinarle, tenía 40º de fiebre y todo apuntaba a que se pondría peor. El médico le aconsejo de nuevo el tratamiento y por supuesto suspender el número de escapismo, a lo que Houdini volvió a negarse.
Entró en escena, para él su público era su vida; ese día el número sería “Tortura de agua china”. Comenzó y el tiempo corría, algo iba mal, pasaron tres minutos y Houdini no salía. Su mujer y su asistente, rompieron el cristal para ver aterrorizados que el escapista ya estaba inconsciente. Le trasladaron al hospital Grace de Detroit donde fue atendido por un residente llamado J. Gordon (¿casualidad?) y Harry Houdini después de sufrir dos cirugías de urgencia falleció el 31 de octubre de 1926, en la habitación 401. ¿Motivo del fallecimiento? Peritonitis. No se sabe con seguridad si fue debido a los golpes del estudiante, o fue algo que ya venía de tiempo atrás y la tozudez de Houdini por no suspender sus números le llevaron a la muerte, a día de hoy sigue siendo una controversia.
Cuatro días más tarde se celebraron las pompas fúnebres del ya mítico escapistas. El féretro de le acompañaría siempre pudo ser construido con un truco de faquir llamado “ilusión de crematorio”. No es un hecho contrastado, pero teniendo en cuenta que Houdini era mundialmente conocido por escapar de ataduras y esposas tampoco parece tan descabellada la idea. También se rumoreó con los años que el féretro disponía de un doble fondo, en ese rincón secreto se habrían depositado todos los trucos del escapista, aunque tampoco se sabe con seguridad.
Lo que sí es seguro es que a los funerales de Harry Houdini acudieron más de dos mil personas, todos querían cerciorarse de que la muerte del gran mago era real. Entre ellos se encontraban los miembros de la Sociedad Americana de Magos, pues querían despedirse de su presidente. Dicha sociedad continúa todos los años realizando una ceremonia conmemorativa en el aniversario de su fallecimiento, la “Ceremonia de la varita mágica rota”. Los allí congregados rompen una varita que simboliza los secretos mágicos y la habilidad del mago, ya que sin su portador, la varita no deja de ser una simple vara de madera.
Houdini fue enterrado en el cementerio de Macpela, Nueva York, y sus admiradores depositan sobre su lápida cartas de magia, varitas y esposas para rendir tributo al mejor escapista de todos los tiempos. Suponemos que más de uno cuando se encuentra ante la tumba no puede dejar de pensar si realmente Harry Houdini descansa allí o si por el contrario fue su último truco de magia y se escapó. Nunca lo sabremos, los magos no revelan sus trucos.