Desde que comenzamos esta bella locura nos hemos ido encontrando verdaderas joyas escultóricas por los cementerios españoles. Muchas de ellas de autores desconocidos, pero que merecerían toda la admiración por su trabajo y sobre todo por lo emotivo de su significado. Otras sin embargo, están firmadas por grandes escultores y aún así siguen sin tener el reconocimiento que se merecen. A pesar de ello, todas siguen peleando para que el azote del tiempo no les haga mella.
Sin embargo, tengo que reconocer que hay un escultor que nos ha llegado al corazón, conocíamos su nombre y algo de su trabajo, pero todavía no nos había llegado el momento de encontrarnos con algunas de estas esculturas cinceladas a golpe de maestro.
Nuestro protagonista de hoy tuvo su reconocimiento; infinidad de trabajos de índole civil y religioso se distribuyen por España, llegó (y esto es una curiosidad) a acuñar el busto de Franco para la peseta del año 1947, la conocida “rubia”, y que seguramente si escarbamos por algunos cajones todavía nos podremos encontrar.
Valenciano, el arte corría por sus venas pues tanto su padre como sus hermanos fueron grandes artistas, aunque en distintas disciplinas. Hoy vamos a desgranar algunas de las obras realizadas por el gran maestro Mariano Benlliure, y como no podría ser de otra manera, nosotras tiramos por su faceta como escultor en arte funerario.
Al comienzo os hemos dicho que la vida y obras de Benlliure nos ha tocado el corazón, y sí, nos tocó el primer día que nos vimos cara a cara con una de las maravillas que pasaron por las manos por este maestro. La “culpable” de que nos enamoráramos y nos comenzara este quemazón de descubrir más cosas fue nuestra querida Ainara, el día que en una de las rutas organizadas por la Sacramental de San Isidro nos llevó a ver el panteón de los duques de Denia. Abrieron a los asistentes el panteón para ver las bellezas que aún perviven en su interior a pesar de las tropelías que ha sufrido. Y allí estaba, conocido como el Cristo “fusilado” por sufrir en su piedra el impacto de un balazo durante la Guerra Civil Española, una de las esculturas más impresionantes que hemos podido ver; la perfección de la tensión a los que se encuentra sometidos los músculos por estar clavado en la cruz, (incluso parece que la gravedad va a ganar la batalla y el Cristo se va a vencer), sus cabellos escondiendo esa cara con dolor, ese dolor que sólo podrás ver si te postras a sus pies. Ese fue el día y sólo podemos decir, gracias Ainara.
Así que con el gusanillo de conocer más fuimos indagando su vida; poco hablador (bueno, de hecho no dijo ni una palabra hasta los siete años) niño precoz, pronto comenzó a esculpir de manera autodidacta. Su primera obra importante la hizo a los quince años, y desde ese momento la escultura pasó a convertirse en el centro de su vida. Y nosotras que lo agradecemos pues nos hemos propuesto visitar al menos todos los monumentos funerarios que crearon sus manos. Os enseñamos algunas de ellas.
-Mausoleo a Joselito “El Gallo”: situada en el Cementerio de San Fernando en Sevilla es uno de sus monumentos funerarios más reconocidos. Levantado en honor al torero y por suscripción popular dicha obra supuso un punto de inflexión en cuanto a monumentos funerarios. Un nutrido cortejo fúnebre transporta al torero a hombros, el féretro se encuentra abierto y en él se puede ver el cuerpo inerte del diestro realizado en mármol de Carrara, el resto del conjunto se fundió en bronce y representan a algunos familiares del torero y personajes destacados del mundo taurino.
–Monumento de Eduardo Dato: Aquí las manos de Benlliure obraron con sobriedad. La última morada de este político e impulsor de la Escuela de Criminología de Madrid se compone por un alto basamento, sobre ella se encuentra la urna funeraria sobre la que descansa el político asesinado envuelto humilde sudario. A sus pies dos amorcillos que guardan el escudo de España, por la contra en su cabecera, una mujer enlutada eleva una cruz a lo alto.
De momento son las que hemos podido visitar, no son muchas, lo sabemos, pero queríamos homenajear a este gran maestro y dedicarle nuestro post de hoy. También se lo agradecimos personalmente pues después de ver tanta belleza, incluso opulencia en algunos de ellos pensamos que la última morada de Benlliure sería de la misma línea. Erramos, y además bien.
Don Mariano Benlliure descansa donde él quiso, en el sencillo cementerio de Cabanyal o Cabañal. Una humilde cruz tendida en el suelo y unos altorrelieves con los bustos de sus amados padres y el suyo propio. Tanta modestia para el que fue considerado el último gran maestro del realismo decimonónico dice mucho de él como persona. Si así lo quiso así será.