Colonizada por el Imperio Británico, durante el siglo XIX el ejército británico construyó distintas edificaciones por toda la capital.
Uno de estos recintos fue el Old Christian Cemetery; Singapur se convirtió en un importante puerto de escala para los buques mercantes de todo el mundo y necesitaban un lugar para su descanso eterno en caso de fallecimiento en este lugar.
Se inauguró en 1822 y ya desde el principio fue claramente dividido. La mitad del sur fue utilizada por la comunidad anglicana, mientras que la mitad norte sirvió a todas las demás confesiones cristianas que llegaron a sus costas.
Al visitante lo recibe una gran puerta encalada, uno de los primeros ejemplos de estilo neogótico que se realizó en Singapur; traspasado este pórtico nos adentramos en el cementerio.
Muchos de los fallecidos que se recuerdan aquí era marineros; Peter Parks, de 20 años era una marinero fallecido en estas tierras y en su lápida se puede leer “Erigido en su memoria y como un tributo a su valor por su compañeros de tripulación”.
También están las lápidas de matrimonios; bellas palabras grabadas en la tosca piedra recuerda a una esposa, otra a un marido perdido bajo los abrazos del mar y también a los niños fallecidos por unas u otras circunstancias.
Este oasis en medio de los rascacielos de Singapur cerró sus puertas en 1865 y un siglo más tarde su estado era tan lamentable que muchos de los monumentos funerarios corrían grave peligro. Ellos y las personas que se acercaban a visitar a sus seres queridos, por lo que el cementerio fue sometido a una profunda reforma.
Muchas de las lápidas más legibles fueron encastradas en una pared de ladrillos que a día de hoy rodea el césped donde antaño solía estar el núcleo del cementerio. También estas lápidas fueron encaladas para que las inscripciones fueran más fáciles de leer y entre ellas se pueden apreciar algún que otro emblema masónico.
Se rehabilitaron los monumentos funerarios, se ampliaron y mejoraron los jardines haciendo que en la actualidad más de un habitante de esta ciudad venga a tomarse un respiro y a descansar. Al fin y al cabo no deja de ser un parque lleno de recuerdos e historia.