El Cementerio Dorotheenstadt fue inaugurado en 1762 y contiene también el cementerio francés, que se creó en 1780 para la comunidad de los Hugonotes. En la segunda mitad del s. XVIII había desaparecido en Berlín un lugar adecuado para realizar los enterramientos. El rey Federico II creó varios cementerios fuera de las murallas de la población (aunque actualmente, como ocurre con este cementerio, estén integrados en la ciudad). El nombre proviene de Dorothea, la segunda mujer Federico Guillermo, Duque de Prusia, cuyo distrito con el mismo nombre se encontraba cercano.
Al principio era un camposanto destinado a obreros e incluso indigentes, pero al establecerse en las cercanías las academias de Artes, Música, Arquitectura, Ciencias y la Universidad de Berlín hicieron que personajes ilustres e importantes fueran inhumados allí, por lo que sus tumbas se convirtieron en sofisticadas obras de arte como homenaje.
La necrópolis se amplió en 1814 y 1826; en 1860 se cerró debido a la superpoblación, y en 1869 sólo se podían hacer enterramientos si se disponía ya del espacio. Durante la Segunda Guerra Mundial la zona que lo rodea sufrió bastantes daños, y el cementerio también se vio afectado. En 1960 se consideró transformarlo en un parque.
En la entrada del cementerio se encuentra la Casa de Bertolt Brecht, donde el poeta vivió sus últimos años. Hoy alberga el archivo de Bertolt Brecht y un foro de literatura.
El cementerio de Dorotheenstadt está considerado como un cementerio de hombres de honor; además del propio Brecht y su esposa, están enterrados aquí personajes como los filósofos Georg Wilhelm Friedrich Hegel y Johann Gottlieb Fichte, los escritores Heinrich Mann, Johannes R. Becher, Arnold Zweig y Anna Seghers, el director Heiner Müller, los arquitectos Friedrich August Stüler y Karl Friedrich Schinkel, el artista John Heartfield, la actriz Helene Weigel y el impresor Ernst Theodor Litfaß.
Es un cementerio tranquilo, pese a estar cerca de una de las zonas turísticas, pequeño y agradable. Y como podéis ver en las fotos, con mucha vegetación, un bonito contraste entre la viveza del verde de las plantas vivas con el gris de la piedra de las tumbas.