Cuando paseamos por algún cementerio y nos encontramos ante sepulturas de personajes ilustres pensamos que los restos de tan insigne persona descansan ahí, pero no, su interior se encuentra vacío, al igual que cuando nos encontramos ante monumentos funerarios en honor a grupo de personas, estamos hablando de los cenotafios.
Esta palabra deriva del griego kenos cuyo significado es “vacío” y de taphos , término que significa “tumba”. En latín se le denominaba monumetum definición seguramente más conocida. Por lo tanto un cenotafio es una tumba o sepulcro pero sin cuerpo que normalmente se erigía en honor de alguna persona ilustre pero cuyo cadáver estaba distante aunque también para aquellas personas que perecían en batallas, naufragios y no se encontraban los cuerpos.
Según creencias griegas al levantar un cenotafios evitaban que las sombras de aquellos que no habían recibido sepultura no estuviesen errantes un siglo y con ello no entran en los Campos Eliseos, los egipcios también construyeron cenotafios, algunos de ellos que pertenecen al antiguo Egipto corresponden a la cuarta dinastía e incluye faraones tan populares como Keops, Kefrén y Micerino, percusores en el levantamiento de estos monumentos funerarios, aunque en Egipto tiene una forma muy significativa, sus famosas pirámides.
Ya en la época moderna estos monumentos se han seguido construyendo aunque ya no sólo ubicados en cementerios, también los podemos encontrar en las vías públicas como por ejemplo el Monumento a los Héroes del Dos Mayo en Madrid. Otro cenotafio célebre es el Memorial, lo encontraremos en la ciudad de Hirosima dentro del Parque de la Paz, y como ya supondréis conmemora las 200.000 víctimas del ataque por las bombas atómicas realizadas durante la II Guerra Mundial.
