Aunque su denominación, Danza de la Muerte o Danza Macabra, pueda llevarnos a pensar que se trata solo de un baile, esta denominación encierra diferentes manifestaciones artísticas que cobraron su auge durante la Baja Edad Media, en especial en la Europa de los siglos XIV y XV.
En un mundo azotado por las plagas, esta Danza Macabra nace como un recordatorio de la posibilidad latente de la muerte repentina, a la vez que busca la espiritualidad a la hora de estar preparados en cualquier momento para rendir cuentas a Dios. Pero realmente en estas Danzas Macabras no se representaba en si una resignación cristiana, sino el miedo a perder los placeres terrenales. Por un lado representa esta parte religiosa que recuerda que las comodidades son perecederas y que hay que preparase para morir de manera cristiana, y por otro, la parte satírica en la que en cierto modo da igual si profesas una religión o cuál es tu estatus social, morir, vas a morir igual.
Estas Danzas de la Muerte se representaban en Semana Santa, y en ellas se representaban, de forma alegórica, a los tres estamentos sociales principales (nobleza, clero y plebe) bailando con esqueletos, representando así la muerte igualadora.
Como ya hemos dicho, este, casi podríamos llamar género, invadió todas las artes. Proveniente de Francia gracias a Guy Marchant que publicó unos grabados y versos relacionados con las danzas macabras que se extendieron rápidamente por toda Europa. , su influencia se deja notar tanto en la literatura como en la música y pintura.
En literatura destaca “I que en Heill wes y Gladnes” , también conocido como El lamento de los Makaris, del poeta escocés William Dunbar. En este poema, en cada cuarta línea de cada estrofa repite “timor mortis conturbat me” (el miedo a la muerte me inquieta) de la Oficina de los Muertos, de la que os hablaremos próximamente en el blog.
En España también tuvo su influencia en la literatura, la Danza General de la Muerte , poema anónimo del siglo XV escrito en dodecasílabos agrupados en coplas reales, con más de 600 versos. Esta danza tiene características propias, ya que se distingue de las europeas en que es más moderada, menos terrorífica y más acorde a la tradición cristiana. Esta Danza General se conserva en un manuscrito en la Biblioteca del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.
También está presente en autores posteriores, como en la Barca de la Gloria de Gil Vicente, o Danza de la Muerte de Juan de Pedraza. Además sale referenciada en la segunda parte de El Quijote, donde unos cómicos represntan Las Cortes de la Muerte, de Lope de Vega. También Calderón de la Barca y Quevedo escribieron sus respectivos autos sobre el tema. Poe, Baudelaire y Goethe se vieron también influenciados en sus obras por este tétrico baile.
En música, una de las obras más destacadas, ya en el siglo XIX, es la Danse Macabre de camille Saint-Saëns que habéis escuchado seguro varias veces:
Se trata de un poema sinfónico en el que un violín solista tocado por La Muerte, lleva la voz cantante y triunfa sobre el resto de los instrumentos, que representan a los mortales.
En la pintura también tiene sus representaciones. La más importante es un mural de 1490 pintado en la iglesia de la Santa Trinidad en Hrastovlje, Eslovenia). Es importante, aparte de que no fue descubierto hasta 1951, es de los pocos frescos que existen de esta temática en el siglo XV, desapareciendo en el XVI.
El fresco muestra una serie de esqueletos que caminan en procesión, acompañando a representantes de las distintas clases sociales hacia la tumba, donde una figura de la Muerte aguarda, representada también como esqueleto en un trono. Los personajes son: un papa, un rey, una reina, un cardenal, un obispo, un monje, un comerciante, un caballero, un mendigo y un bebé.
También fue representada en los frescos de las iglesias, capillas y cementerios de Francia, Alemania y Suiza, pero casi todos fueron destruidos, siendo en más importante el de la iglesia del Cementerio de Los Santos Inocentes, en París.
Hans Holbein el Joven en 1538 y Heinrich Aldegrever en 1541 publicaron varias expresiones artísticas en las que representaba distintas escenas de la danza.
Sin olvidarnos del Triunfo de la Muerte de Bruegel el Viejo
Acabamos con una pintura alemana del Danse Macabre que nos ha fascinado . Nueve mujeres de rango social diferente, desde la emperatriz hasta la “tonta”, bailan con los muertos. Se representa toda la economía de la salvación, desde la caída, a través de la crucifixión, hasta el cielo y el infierno. Doce figuras más tradicionales de la Danza Macabra, desde el Papa y el Emperador hasta el “tonto”, rodean la imagen central.