Hoy vamos a pasear por el interior de uno de las más bellas necrópolis de Europa, el Cementerio de Migoroj en Zagreb, Croacia.
Este camposanto está situado en las laderas de la montaña Medvedninca, en un terreno que pertenecía a Ljudevit Gaj, considerado líder del renacimiento croata. El proyecto original diseñado por el arquitecto austriaco Hermann Bollé tenía como finalidad agrupar los ocho cementerios diseminados por la ciudad y agruparlos en uno más grande.
Su construcción se inició en 1876 y ya sólo su imponente imagen desde el exterior sorprende. Sus muros, altos y cubiertos con una espesa hiedra, insinúan las veinte cúpulas que configuran esta parte del recinto.
Entrando al cementerio son dignas de mención la gran hilera de arcadas neorenancentistas de casi 500 metros de largo, debajo de ellos hallaremos las primeras lápidas y monumentos con arte funerario.
La vegetación interior convive en perfecta armonía con las distintas sepulturas allí dispuestas, formando una especie de galería de arte, desde la cual podremos observar varios estilos en ornamentación funeraria debido a la amalgama de religiones congregadas en este camposanto.
Distribuido por él se encuentras diferentes monumentos, como el dedicado a los soldados croatas caídos en la Primera Guerra Mundial, el brindado al héroe nacional yugoslavo o el monolito en memoria de las víctimas de la guerra de Independencia Croata.
Un detalle muy curioso de está necrópolis es que hay tumbas esperando destinatario, se encuentran abiertas de personas que aún viven y ya se encuentra preparadas para ser utilizadas cuando se produzca el fallecimiento, incluso en las lápidas se encuentra grabadas las fechas de nacimiento. En este cementerio lo que en principio puede adquirir un aspecto tétrico se acaba convirtiendo en una imagen fascinante, es por ellos que si visitáis Zagreb, no podéis de dejar de visitarlo.