Nació en Tyrone, Michigan, pero a los siete años se mudó junto a su familia a Battle Creek, donde su padre, John Preston Kellogg, abrió una fábrica de escobas. John Harvey asistió a las escuelas locales y fue tan buen estudiante que acabó graduándose como médico por la Universidad de Nueva York en 1875.
En 1879 contrae matrimonio con Ella Ervilla Eaton. No tuvieron descendencia propia, pero criaron a más de 40 niños, de los que llegaron a adoptar legalmente a siete.
El Doctor John Harvey Kellogg pertenecía a la Iglesia Adventista del Séptimo Día, lo que le llevó a ser el jefe médico del Battle Creek Sanitarium, del que la iglesia era dueña.
Este sanatorio se basaba en las creencias de salud de la iglesia, que incluían la abstinencia del alcohol y el tabaco y el seguir un régimen de ejercicios.
El Doctor Kellogg a su vez tenía sus propias creencias saludables, que consistían en practicar el vegetarianismo, el consumo descontrolado de nueces (fruto que pensaba que podría sustituir a varios alimentos de cara o escasa producción del mundo) y la abstinencia sexual.
Pese a ser un cirujano experto, estaba en contra de usar la cirugía como tratamiento para una enfermedad, aunque solía realizar intervenciones benéficas a indigentes.
Con sus excentricidades, era un hombre famoso y reputado, y entres su clientes se encontraban gente intrépida como Admunsen y la aviadora Amelia Earhart o el escritor George Bernard Shaw.
Muchas de las enseñanzas que Kellogg impartía en el Sanatorio estaban en contra de las creencias de su iglesia, y recibió varias advertencias hasta que esta lo expulsó, aunque mantuvo el control sobre el sanatorio.
En 1897 decide, junto a su hermano, empezar a producir cereales para el desayuno, formando la Sanitas Food Company.
Nueve años más tarde se dividieron por la decisión de agregar azúcar al cereal (John estaba en contra) y su hermano Will comenzaría su propia compañía, que se convertiría en la W.K. Kellogg Company que ya conocemos de las estanterías. Y sí les puso azúcar, sí. A volquetes. Pero qué buenos están.
Pero dejemos de babear y volvamos con John. Cambió la dirección de su empresa y se dedicó a los productos de soja. Hoy en día hubiese triunfado, pero en aquel momento le pilló la Gran Depresión y tuvo que cerrar la fábrica y Battle Creek.
Se mudó a Florida y allí abrió una pequeña clínica que le funcionó bien, a la vez que escribía libros sobre vida saludable, siendo su primer libro “Plain facts for Old and Young” en 1877 el que más ejemplares vendió de los 14 que llegó a escribir. En ellos hablaba de sus teorías sobre la salud, algunas hoy repudiadas como la abstinencia y disfunción sexual, el uso de enemas para mejorar la salud y la eugenesia racial. Sin embargo, fue considerado todo un pionero en advertir sobre temas como el peligro del tabaco, los malos hábitos en la comida y el uso de masajes como terapia médica.
Falleció en 1943 a la edad de 91 años, una avanzada edad para los hombres de la época, no sabemos si por genética o porque de verdad sus métodos funcionaban; está enterrado en el cementerio de Battle Creek, la ciudad que le vio crecer y triunfar.
En 1994 se estrenó “The Road to Wellville” que aquí tradujeron como “El Balneario de Battle Creek” en el que cuentan algunas de las ideas sanadoras que el doctor ponía en el Sanatorio en práctica.