Mujeres Ilustres: Ascensión Mendieta
En esta sección del blog siempre hablamos de mujeres que han pasado, o deberían de pasar a la historia por su coraje, valentía, esfuerzos y descubrimientos, que han sido silenciadas desde que los tiempos son tiempos. Por eso mismo, hoy queremos rendirle homenaje por su coraje, valentía y esfuerzo a Ascensión Mendieta.
Timoteo Mendieta vivía en Madrid; era un hombre de familia, padre de siete hijos, entrenado en las milicias en las que nunca participó, y miembro de UGT. Era 1939, y fue trasladado a Sacedón, en Guadalajara, junto a su familia.
Puedo imaginarme aquel día de Noviembre, con la familia Mendieta adaptándose a su nueva casa; alguien llamó a la puerta, y fue Ascensión quién la abrió. Me la imagino corriendo por un pasillo, a sus 13 años “yo abro, yo abro, yo abro” como hemos corrido todos cuando llamaban al timbre. Los dos hombres que se encontró tras ella, provocaron que no volviese a ver a su padre hasta 78 años más tarde.
Ascensión y su hermana Paz prometieron a su madre que buscarían a su padre. Y eso hicieron. Ambas han pasado lo indecible, junto a sus familias, hijos y nietos, buscando a Timoteo, su padre, sin recibir más ayuda que la de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica. Gracias a la ARMH, a una asociación de jubilados noruegos que han ayudado con la financiación (vergüenza debería de darnos) y a la jueza argentina María Servini, Ascensión ha podido ver cumplido su deseo, recordando en especial a su hermana que no ha podido ver este día.
Un deseo que, además de todos los años de lucha arrastrados, le hizo subirse a un avión con 89 para declarar en Argentina; un deseo que le ha hecho estar a pie de fosa en pleno mes de Enero en Guadalajara (que precisamente calor no hace), esperando ver como desenterraban los restos de su padre; la decepción de no haberlo encontrado en ese momento, y por fin, la alegría de haberlo hecho hace apenas un par de meses. Ascensión tiene 91 años, y unos ojos que lo expresan todo.
A Ascensión la conocimos a través de El Intermedio en 2014; a mi me recordó tanto a mi abuela, físicamente como por la historia vivida, que la “adopté” en mi corazón, y deseé con mucha fuerza que encontrara rápido a su padre, Timoteo. Hoy, las componentes de la Guía de Cementerios junto a los miembros de la Fraternidad Cívica – Cementerio Civil hemos asistido al entierro de Timoteo Mendieta en el Cementerio Civil de La Almudena, donde por fin, tiene una digna sepultura.
La familia Mendieta ha estado arropada por cientos de personas que querían también rendir homenaje, tanto a Ascensión y su familia por el esfuerzo, como a Timoteo por su vil asesinato. Ha sido un acto precioso, que nos ha tenido con la piel de gallina durante toda la celebración. Aplausos eternos, canciones republicanas, agradecimientos, y fuerza, mucha fuerza y cariño por parte de todos los asistentes. Por fin Ascensión ha podido cumplir su deseo, y podrá cumplir, esperemos que dentro de mucho tiempo, su otro deseo de ser enterrada junto a su padre.
Timoteo es uno, pero quedan cientos de miles.
Te admiramos, Ascensión.