El Cementerio de Villar del Olmo está situado en una ladera en el camino de la Vega y rodeado de vegetación de monte bajo. Al estar en lo alto, las vistas desde el cementerio son muy bonitas.

El cementerio antiguo fue construido por el Ayuntamiento y el vecindario en 1885. Este vino a sustituir el Cementerio Parroquial que estaba a naciente y mediodía de la Parroquia Ntra. Sra. de la Antigua de Villar del Olmo. En 1886 se trasladaron los restos desde el antiguo Cementerio Parroquial. Tiburcio Aza, Rumualdo Pérez y Regino Blanco, vecinos de la localidad, colaboraron de forma especial por lo que se les adjudico espació para un panteón y que las sepulturas mirasen a poniente al igual que la ermita.

El 7 de Noviembre de 1889 se levanta una ermita en honor de San Roque siendo aprobada su bendición por el Obispo de Madrid-Alcalá D. Ciriaco María Sancha y Hervás. Esta Ermita se acabaría perdiendo en un incendio.

Su cerca es un muro de mampostería coronado con tejas. Las ampliaciones, hechas en 1959 y 1975 se realizan merced a Andrea Moratilla, su viudo, Pedro Mundideo hace entrega de la viña de su esposa a cambio de cinco sepulturas. El Ayuntamiento de Vilar del Olmo ampliará el cementerio pero nunca cumplirá su palabra. La nueva ampliación fue cerrada con bloques de hormigón, rompiendo así la estructura del cerramiento original. Lamentablemente también se pierde la disposición antigua del cementerio, donde aparecía una separación para niños y otra para aquellos que se habían quitado la vida.

La distribución actual, debido a las ampliaciones, queda un poco desordenada, la nueva capilla preside el pasillo central y es en estilo tirolés carente de cualquier gusto arquitectónico. Todas las sepulturas son a tierra y apenas hay vegetación en el cementerio, sólo en la parte antigua.

Dentro del cementerio de Villar del Olmo podemos distinguir bien entre la zona antigua y las ampliaciones, aunque varias de las tumbas de esta zona han sido renovadas por sepulturas más modernas. Entre las más destacables aparece la de Tiburcio Aza con una gran ángel blanco de mármol. La sepultura y lápida de Romualdo Pérez, padres de Ángel Pérez Villavilla, Dean de la Catedral de Burgos y que construyó a sus expensas la Capilla de la Inmaculada, y entre las actuales llama especialmente la atención una de las sepulturas construida en cemento imitando a madera, una verdadera obra de arte.

(Gracias a Mariano Rivera por la ampliación de la información)