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El cementerio de El Molar se encuentra a las afueras del pueblo, anexo a la ermita de la Soledad. La ermita data del siglo XVI y cementerio fue trasladado allí en 1860 desde la calle San Roque debido a una epidemia de cólera que obligó a sacar a los difuntos fuera de la ciudad. 

El cementerio de El Molar está delimitado por un muro bajo de piedra, desde la calle se puede ver el interior. Está dividido en dos zonas, una más antigua pegada a la ermita y la ampliación, con el tanatorio dividiendo el recinto, con sepulturas principalmente de mediados del siglo XX. 

Aunque casi todo el cementerio ha sido renovado en sus sepulturas, aún quedan vestigios de alguna sepultura antigua con sus simbolismos del XIX que perdimos el siglo siguiente y no hemos recuperado: sepulturas rodeadas por vallas de hierro, coronas de siempreviva en piedras …pequeños recuerdos de su pasado decimonónico.