El cementerio de Corpa se encuentra anexado a la ermita del pueblo y fue construido en 1930, con remodelaciones y ampliaciones ya en el siglo XXI. 

De terreno irregular, el cementerio de Corpa está delimitado por un muro de piedra bajo que deja ver el interior del cementerio. Aunque ya ha tenido una ampliación, el cementerio se conserva, en formato tal y como fue inaugurado. Hay que destacar que en este cementerio el depósito de cadáveres tiene una entrada independiente por fuera del recinto y aún se conserva en bastante buen estado aunque haya suciedad. 

Las sepulturas de este cementerio siempre fueron túmulos al suelo, por lo que el tiempo lo único que ha hecho ha sido modernizar el sarcófago, pasando de la piedra y el mármol de los años 30 al granito pulido actual. No destaca por su arte funerario pero sí por su forma y localización.