Las postales «Tète de la Mort»

Si pensamos en retratos metamórficos, la primera persona que nos viene a la mente es Arcimboldo y su serie de retratos creados a partir de frutas, flores y pequeños animales.

Este tipo de composición ha atraído a numerosos artistas a lo largo de la Historia. A finales del siglo XIX, se pusieron de moda por todo el mundo, aunque en especial en Europa dibujar este tipo de composiciones en las postales.

En realidad muchas de ellas estaban basadas en fotografías que iban siendo descompuestas en los diferentes elementos. Existían de todas las temáticas, en especial las que transformaban a personajes ya famosos.

Pero la serie que nos atrae a nosotros es la que estuvo dedicada a dibujar escenas cotidianas envueltas en una calavera. Se las llamaban «Tète de la Mort». La sociedad de aquel momento era muy vanidosa; este tipo de postales, a lo memento mori, les recordaba que pese a todo, la muerte podía sobrevenirles en cualquier momento y situación: viendo la tele, jugando con los amigos o incluso besándote con tu novia.

Hasta 1920 aproximadamente, se imprimieron este tipo de postales. Y digo imprimieron porque pocas se debieron de enviar; en los sitios web de coleccionistas todas aparecen en perfecto estado, sin escribir. Yo hubiese estado encantada de recibir alguna, pero entiendo que puede resultar violento recibir lo que parece una calavera en vez de las vistas de Benidorm con sus rascacielos. 

 

Paloma Contreras