Cementerio de San Rafael y San Roque

Inaugurado  en 1811 actualmente cerrado solo se abre a primeros de Noviembre donde se celebra un acto en honor a los allí enterrados. Está bordeado por un muro, y presenta una textura regular, rematado simétricamente por almenas en la sección católica. Al cementerio se accede por el lado norte del muro, con tres vanos para la sección católica y uno para la protestante, Que presenta una portada de doble hoja, enmarcado en dovelas de piedra para formar un arco, con decoración vegetal.

El  interior del cementerio de  San Rafael y San Roque  se divide en dos partes: la original con sus sucesivas ampliaciones, correspondiente a la parte católica y el cementerio protestante de dimensiones más reducidas y en situación más elevada. La sección católica se articula en dos alas distribuidas en torno a la vía principal hasta desembocar en la capilla. La disposición de los sepulcros es aleatoria, tanto en su organización como en su forma, material, y tamaño. Existen enterramientos muy simples puestos simétricamente en cantería, compartiendo espacio con grandes panteones y mausoleos, exaltan las virtudes y sentimientos ante la muerte mediante la riqueza decorativa.

En la calle principal se abren diversos ramales que dan acceso a los diferentes sepulcros,  destaca el eje de conexión con el cementerio protestante. La planta de éste es rectangular, destinándose a comerciantes, marinos y funcionarios anglicanos establecidos en la isla. Los enterramientos se caracterizan por su simplicidad con un único elemento decorativo: las estelas funerarias verticales con relieves, cruces celtas y otros motivos. Hay una capilla, de la segunda mitad del siglo XIX.

Este antiguo cementerio reúne los restos mortales de gran parte de la sociedad tinerfeña de hace siglos. En su momento se elaboró un proyecto para recuperarlo pero finalmente éste no se ha podido ejecutar nunca por los reparos surgidos desde el Cabildo.

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Cementerio de San Rafael y San Roque