Cementerio de Montcada i Reixac

Un gran parque natural, así podríamos definir este bello cementerio. Hacia finales de los años 60 y debido al crecimiento demográfico, el cementerio de Montjuïc no contaba con más espacio para ampliar. Esta gran necrópolis, se quedó pequeña y para solventar esta situación se construyó otro cementerio en lo que era el pulmón verde de la ciudad de Barcelona.
Así pues después de realizar las obras pertinentes, el 27 de junio de 1972, abre por primera vez el cementerio de Montcada i Reixac
Su línea arquitectónica es claramente mediterránea, al igual que en su exterior la vegetación es característica predominante en esta necrópolis. De distribución octogonal, se van ubicando las pandas de nichos, prácticamente todas ellas cuentan con altura de cinco pisos.
Pensado para los tiempos modernos, sus amplias avenidas hacen que se pueda entrar al cementerio en vehículo. Dividido en dieciocho cuarteles, aquí firma la funcionalidad y la sencillez, no podremos ver la opulencia de mausoleos o panteones.
Sus elementos de ornato son sencillos, lápidas de granito sobre las que graban el nombre del morador, símbolos de índole religioso, otros personales y frases de despedida o duelo. Como prácticamente en todos los cementerios las flores son las acompañantes silenciosas de este huerto de almas.
Siguiendo las corrientes actuales, el cementerio dispone de espacios para el esparcimiento de las cenizas si así lo desean. Les acompaña una pequeña placa con el nombre del difunto.

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