Pedro M.ª y Juan Moreno Ulloa nacieron en Ribadeo en 1840 y 1845 respectivamente. Muy jóvenes emigraron a Argentina donde hicieron fortuna. Fueron los promotores del edificio más emblemático de Ribadeo, la Torre de los Moreno, pero además Juan donó 150.000 pesetas para la construcción del Instituto ribadense y los dos hermanos hicieron donación de los terrenos y 500.000 pesetas para la construcción de un nuevo cementerio (el viejo, que se asentaba donde hoy está el Parador de Turismo, se había quedado muy pequeño), una capilla, el cierre del cementerio y asimismo la construcción de la carretera que lleva al mismo. El proyecto fue obra de Manuel del Busto y se inauguró en el año 1932 cuando ya habían fallecido ambos, Pedro M.ª en 1921 y Juan en 1928. En un testamento de Juan, aparecido en un desván de una casa de Buenos Aires, se pedía que si fallecían lejos de su tierra, cosa que sucedió, querían ser repatriados y enterrados en el cementerio de Ribadeo. Los restos de los Hnos Moreno Ulloa fueron repatriados en 2001. Reposan en la capilla a los pies de una escultura realizada en mármol de Carrara en una sola pieza por Collaut Varela, también costeada por ellos. Fueron nombrados Hijos Predilectos de Ribadeo.

El cementerio tiene una gran extensión. Su entrada es señorial y dispone de un amplio vestíbulo para cobijo de los visitantes en días de lluvia. La Capilla, situada enfrente de la entrada, preside un gran espacio, con avenidas y pequeñas plazuelas. En la parte central se encuentran las sepulturas antiguas, la mayoría de ellas procedentes del antiguo cementerio. Y todo alrededor de los muros de cierre, en varias calles, se encuentras los nichos de pared. No existen grandes mausoleos pues entre las directrices marcadas por los Hnos Moreno Ulloa era la de impedir que hubiera grandes diferencias entre ricos y pobres.

Disponía de una sala de autopsias (hoy utilizada por el personal del cementerio), un pozo para sacar agua (hoy simplemente de recuerdo) y tiene una puerta trasera por la que se sale a un amplio aparcamiento.

Desde el Tanatorio se acompaña al difunto y familiares hasta la Iglesia Parroquial de Sta Maria del Campo donde se celebran los funerales y finalmente se les acompaña hasta el cementerio. El camino siempre se hace a pie, exceptuando, lógicamente, el coche fúnebre. Es un trayecto de cerca de 3 kms entre la ida y el regreso.

La carretera que va desde la villa al cementerio discurre al lado de la Ría de Ribadeo y es uno de los paseos preferidos de los ribadenses.

Entre las muchas personalidades locales que descansan en este cementerio (pintores, escritores, académicos, músicos, geólogos, etc.) citaré tan solo a Leopoldo Calvo-Sotelo Bustelo, que fue Presidente del Gobierno y ostentaba el título de Marqués de la Ría de Ribadeo y que, aunque nacido en Madrid, siempre se sintió ribadense y aquí quiso que reposaran sus restos.

Texto y fotos: Matilde González Gómez (¡muchas gracias!)

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