Bastante alejado de su población y rodeado por monte encontramos el cementerio de Partaloa. Su ubicación- en lo alto de una pequeña loma- hace que se llegue a él con facilidad.

De solar rectangular, posee un muro perimetral sencillo y enjalbegado. El pórtico de su entrada, alberga un pequeña antesala donde traspasada, nos guía al interior del cementerio.

Con poca vegetación interior el recinto se configura por pequeños panteones, de líneas sencillas y pulcramente encalados, se rematan en la gran mayoría por techos a dos aguas realizados en tejas con sendas cruces latinas.

Alguna sepultura se encuentra en el cementerio de Partaloa, su ornamentación –cruces de forja- son propias del último tercio del siglo XX. Sin duda un curioso cementerio que merece la pena visitar por su distribución.

La Iglesia de San Antonio de Padua es su patrimonio más relevante, de reciente construcción debido a que la anterior quedo en muy mal estado por un terremoto acaecido aquí en 1973.

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