Cementerio de Loarre

Algo alejado de su núcleo urbano, rodeado por campos de cultivo y junto al barranco de Calderizas encontraremos el cementerio de Loarre, desde aquí la perspectiva de la población es digna de ver.

Su solar cuadrangular todo su perímetro se encuentra cercado por un sencillo muro, corrido y embellecido en tonos tierra, en su fachada principal es encuentra ubicada su entrada, sencillo portón de dos hojas que dispuesta bajo un arco con remate en punta de flecha.

Una vez dentro gracias a su frondosa vegetación podremos sentir que nos introducimos en un pequeño bosque, dispuestos por el cementerio encontraremos pequeños panteones de arquitectura sencilla, líneas clásicas pero cuidados como mimo por los habitantes de la localidad.

También hallaremos enterramientos realizados en tierra con los elementos de ornamentación propios a la época en que fueron realizados así pues veremos detalles realizados en forja como cruces o pequeñas cartelas, también veremos lápidas en piedra o mármol blanco y otras más actuales que ya cuentan con el granito. Adherido en sus paredes y en el flanco izquierdo se encuentran las agrupaciones de nichos, hábito de enterramiento más demandado en los últimos años.

En el cementerio de Loarre perviven dos grandes fosas comunes bien señalizadas. La mencionada aquí contiene los restos de un número indeterminado de personas, de entre las cuales sólo seis vecinos de Ayerbe -cinco hombres y una mujer-, así como un vecino de Montmesa aparecen identificados en una losa con sus nombres y apellidos. Está dignificada desde hace bastante tiempo con una placa que recuerda asimismo a los numerosos desconocidos que yacen en ese lugar.

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