El Cementerio de La Vellés se encuentra ubicado a los pies de la ermita de la Virgen de la Antigua. Erigida en 1914 gracias a la familia del arzobispo de Sevilla y Toledo, Enrique Almaraz, vecino de la Villa de nacimiento. De corte modernista, fue entrando en desuso hasta que la Virgen fue trasladada a la iglesia parroquial y en 1978 pasó a formar parte del Ayuntamiento.

El cementerio de La Vallés ocupa todo lo que era el recinto de la ermita. Al cementerio se accede por una preciosa portada renacentista del siglo XVI, la única parte que se conserva del muro original. Sobre esta, la inscripción latina “Memento homo quia pulvis es et in pulverem revertis” (“Hombre, recuerda que eres polvo y al polvo volverás”) nos da la bienvenida al camposanto.

En el interior encontramos un suelo agreste, de tierra y paja. El cementerio ha sufrido transformaciones, no tanto en su perímetro como si a la hora de reagrupar tumbas y modernizar un poco el interior. Las cruces de las sepulturas más antiguas están apoyadas en el muro más cercano a la ermita, dejando paso a los panteones familiares de granito más modernos que nos dan la visión del cambio al arte funerario más actual, mezclado a veces con antiguas sepulturas de piedra que recuerdan a los más antiguos habitantes del cementerio.

Dentro de la ermita también podemos encontrar antiguas sepulturas ya que este era el lugar de enterramiento principal antes de que fueran obligatorios los cementerios y camposantos.