El cementerio de Fuentidueña de Tajo se encuentra emplazado en un lugar privilegiado, frente al castillo del Piquillo, por lo que los que allí descansan y sus visitantes disfrutan de unas vistas espectaculares.

El cementerio de Fuentidueña de Tajo fue construido en 1902; durante más de 100 años no necesitó ninguna ampliación, donde a la vez se acondicionó el cementerio renovando alguna de las sepulturas más antiguas, pero en general encontramos la historia centenaria de este cementerio en sus tumbas.

El cementerio está dividido en dos zonas separadas por un camino principal, donde encontramos los cuarteles de sepulturas orientadas hacia el castillo.

Pero este cementerio tiene una peculiaridad, y es que en sus muros hay pequeñas capillas familiares a cielo abierto, dándole una disposición muy original y aprovechamiento del espacio. En ellas encontramos las sepulturas más antiguas del cementerio, pertenecientes a diferentes familias. Solo hay un panteón cerrado y techado que forma parte de estas estructuras ya que en su interior hay una sepultura completa en vez de un nicho, la unidad de enterramiento por excelencia dentro de los panteones.