El cementerio de Canencia se encuentra a las afueras del pueblo, enmarcado entre el Arroyo del Batán y el Arroyo de Canencia, en zona campestre rodeado de praderas con abundante vegetación de ribera, además de robles y pinos, disfrutando de unas mágníficas visitas sobre el valle. 

De planta rectangular, el cementerio de Canencia está delimitado por un muro de altura media cosntruido de en piedra y mortero, actualmente encalado. La puerta es de verja negra que deja ver el interior. Fue reformado en la época de los 90, ya que disponemos de información de que en su interior en los años 80 apenas existían lápidas señalando las sepulturas y el suelo era agreste y descuidado. En la actualidad, el cementerio tiene el suelo solado en piedra y todas las sepulturas están dispuestas en orden y son de granito o mármol de finales del siglo XX, por lo que carece de representaciones de arte funerario destacables. Varios cipreses centenarios adornan el recinto.