Cementerio de Cadaqués

Rodeado por campos de olivares y teniendo unas vistas privilegiadas de la Cala de Portlligat, encontramos el cementerio de Cadaqués. Se encuentra situado junto a la Ermita de Sant Baldiri, construcción datada entre los siglo XVII y XVIII.

El cementerio, construido a finales del siglo XIX se conforma por una amplia planta rectangular. Su portón de entrada da al atrio de la Ermita, entramos dentro para observar que como al igual que en otros cementerios españoles,  el poder adquisitivo de las familias se ven claramente diferenciados.

Una cruz de término nos da la bienvenida, datada en entre los siglos XVII y XVIII emerge sobre un zócalo de madera. Los bloques de nichos, adheridos a la pared interior del cementerio de Cadaqués se refugian bajo tejado a dos aguas. Algunos de ellos poseen una moldura con forma de hornacina,  las pequeñas losas se van ubicando de manera ordenada.

De los panteones destacamos el perteneciente a la familia Rahola-Serinyana, presidido por una escultura firmada por el escultor Josep Llimona. Representa a una mujer, parece esperar serena la llegada, su melena suelta y apoyando su mentón con las manos unidas,  embellece el conjunto.

El panteón de la familia Serinyana es otro de los protagonistas de este cementerio, configurado en forma de templete. Destaca el impotente frontón en la fachada principal, sobre el tímpano un gran Crismón en relieve. Ante la puerta, una gran escultura representando a un ángel, este mensajero entre Dios y el hombre tiene las alas abiertas, y su actitud es de recogimiento y oración.

Dentro de su casco antiguo se sitúa la iglesia de Santa María, datada en el siglo XVII y de estilo gótico.

Fotografías cedidas por Toni Collbató: Patrimoni Funerari. 

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