Situado muy próximo a la población se encuentra el cementerio de Brozas, su planta irregular se encuentra cercada por una sencilla tapia encalada. Su portón de acceso al recinto está realizado en herrería y se cobija bajo un arco de medio punto. Sobre él vemos el título del cementerio y rematando el conjunto tres cruces de piedra.
Desde este mismo punto vemos que un cuidado parterre se erige núcleo del cementerio, las sepulturas se van distribuyendo a su alrededor de manera ordenada. Casi todas ellas son pequeños panteones para uno o dos cuerpos y su arquitectura es singular; sobre una peana se eleva un sarcófago donde descansa su morador. Sus remates son pináculos y presentan algunos símbolos funerarios como antorchas humeantes dirigidas hacia abajo, clara referencia a la muerte.
Las agrupaciones de nichos también son claras protagonistas en el cementerio de Brozas, sencillas y funcionales edificaciones para cuatro cuerpos y rematados en tejas a dos aguas. La ornamentación que presentan las pequeñas losas que cubren la oquedad es distinta según el año en el que fue realizado el enterramiento. Las más antiguas de ellas son auténticas obras de arte; hermosos repujados en pizarra o mármol con claras alusiones a la muerte. Sin embargo las más actuales son más sencillas y sobre todo funcionales aunque los arreglos florales que depositan las familias para sus seres queridos hace que un mar de gotas de color ocupen todo el espacio.

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