El cementerio de Abrucena, cuenta con solar trapezoidal y con su perímetro cercado por una tapia lisa enjalbegada con caballete de teja. Su acceso se realiza por el lado menor, mediante un pequeño hueco con cancela, su vegetación es escasa y cuenta con una sencilla pavimentación.

Ya dentro, un pasillo centrado recorre los cuatro patios totales del cementerio, fruto de las ampliaciones a las que se ha visto sometido. En el lateral derecha del camino y junto a la entrada se encuentra un pequeño patio para inhumaciones civiles que en otros tiempos se le conocía como “el de los desgraciados” En el mismo frente se sitúa la ermita de San José, de una sola nave con una torre adosada a sus paredes y datada según fuentes del Ayuntamiento en el siglo XVI. En el año 1975 se elimina la casa del sepulturero que se encontraba en un estado calamitoso y se edifican los primeros nichos, aunque posteriormente se amplía con 1980 con 700 más. Dando un pequeño paseo por esta necrópolis podremos observar cómo han ido evolucionando las costumbre funerarias a lo largo de los tiempos.

Una de esas costumbres era enterrar a los difuntos a lado de la Iglesia del pueblo, y allí existe otro cementerio del que se pueden ver lápidas del siglo XVIII, aunque se piensa que pudo estar únicamente destinado al clero.

Contacta con nosotras