Cementerio de A Coruña

Este cementerio que tiene por nombre San Amaro fue inaugurado en 1813 después de la prohibición requerida a través de la cédula de Carlos III a realizar enterramientos en las iglesias y alrededores.

Su enclave es privilegiado, el Atlántico se abre ante él ofreciendo una panorámica impresionante, pero no sólo sus vistas son importantes, el interior alberga cultura, historia y en él descansan personajes importantes de la cultura gallega.

El cementerio de A Coruña se divide en tres zonas: la católica, la civil y la protestante, esta última es de gestión privada y no se encuentra abierta al público.

La mejor manera de describir este bello cementerio es tomar la palabras de uno de los mejores cronistas literarios de A Coruña: Julio Rodriguez Yori quien dijo: No es un cementerio-museo como los de Génova o Pisa, ni un ruinoso cementerio el de Adina. Más hay bellas obras… y la suficiente naturaleza en forma de árboles, flores y aves para hacer desaparecer la desolación que produce una visita a estos tristes lugares. Hay pulcritud municipal, esmero, policía y recato, además, la visión reconfortante del mar azul y don montes de tonos violáceos en segundo término.

Ante estas bellas palabras poco más podemos decir, tan sólo que en sus primeros tiempos el cementerio tenía separadas las zonas católicas y civiles pero en la actualidad esos muros han caído para convivir todas las ideologías dentro del mismo recinto.

Este cementerio está lleno de historias anónimas pero que también tienen mucho que enseñarnos cuando nos presentamos ante sus sepulturas. Aquí podremos ver la evolución referente a su cultura y arquitectura funeraria. También entre sus muros también descansan mirando al mar un nutrido y varios grupo de personas ilustres; pintores, literatos, políticos, científicos y demás disciplinas.

Fuera de sus personajes famosos, cabe destacar dos monumentos esenciales: el Monumento a los Mártires de la Libertad, lugar donde descasaron los aviadores alemanes de la II Guerra Mundial antes de ser trasladados al cementerio alemán de Yuste (Cáceres). Contrariamente, procedentes del antiguo cementerio musulmán, fueron trasladados aquí los restos de los soldados magrebíes (indebidamente señalizados como “ciudadanos árabes”) que cayeron al servicio de los sublevados en 1936.

También hay que destacar la columna truncada que recuerda la huelga general de 1901, monumento erigido por suscripción popular para conmemorar la muerte de dos mujeres y cinco hombres durante esta huelga, que fue muy importante en Galicia ya que paró todos los sectores.

También cuenta  con un cementerio ingles en su interior, ya que en 1867 el cónsul Británico en aquellos años  en Galicia compró una parcela Para poder enterrar allí a súbditos  ingleses en un principio se enterraba allí cónsules y marineros que fallecían en fuera de su tierra pero con el tiempo se enterraron toda clase de nacionalidades y creencias.

Desde 2001 está necrópolis dispone de visitas guiadas tanto diurnas como nocturnas.

Estas visitas son gratuitas aunque de acceso limitado.

Fotografías cedidas por: Anvirey. 

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