Cementerio Civil de la Purísima Concepción

Información

Dirección: Plaza del Cementerio, s/n. 

Horario: De 9:00 a 18:00 horas. 

Tfno (ayuntamiento): 952 680 735.

Coordenadas Google Maps: 35.299030, -2.940721

Enlaces de interés

Cementerio Civil de la Purísima Concepción 

Con el  auge de las ideas ilustradas y liberales desde finales del siglo XVIII, aparecen más y más personas que defensoras del laicismo, los Librepensadores que llamaban, piden no ser enterrados en cementerios religiosos. El Estado tuvo que acabar reconociendo este derecho y en abril de 1859 se promulga un Real Decreto que crea los cementerios civiles. Estos cementerios, aunque compartieran terrenos con el católico, debían de estar separados por una tapia y disponer de una entrada separada.

Con la toma del poder por los franquistas se volvió a levantar la tapia de separación entre cementerios hasta que con la restauración de la democracia se derribó  definitivamente.

El cementerio de la Purísima Concepción se inauguró el 1 de enero de 1892 y como cementerio civil quedó establecido la parcela en la que hoy están enterrados el matrimonio formado por el doctor José García Viñas y Josefina Dómine, los hermanos Gómez Galindo, fusilados por los franquistas, y el Soldado de los Milagros. Esta parcela estaba separada por una tapia del cementerio católico y se accedía a ella por un angosto y tortuoso camino que discurría entre el monte y la parte de atrás del cementerio hebreo.

En junio de 1922 fallecía una hija de Paulino Díez Martín, uno de los líderes del anarquismo melillense. Díez enterró a su hija en el cementerio civil después de solventar diversas trabas burocráticas según recoge en su autobiografía. Este entierro civil vino a poner en evidencia las lamentables condiciones en que se encontraba el cementerio civil y sus accesos, lo que originó una pública protesta de un grupo de melillenses laicos.

La secularización de los cementerios se llevó a cabo en enero de 1932 mediante una ley al efecto basada en los preceptos del artículo 27 de la Constitución. En el artículo 1º de dicha ley se disponía que:

Los cementerios municipales serán comunes a todos los ciudadanos sin diferencias fundadas en motivos religiosos.

Antes de la promulgación de esta ley, en Melilla se llevó a cabo una secularización popular del cementerio durante el entierro del doctor José García Viñas, uno de los pioneros del Movimiento Obrero español, médico de la beneficencia municipal de Melilla desde primeros del siglo XX y concejal republicano.

Este entierro celebrado el 8 de septiembre de 1931 se convirtió en una multitudinaria manifestación de duelo de todos los sindicatos y partidos de izquierda melillenses. Llegados al cementerio, muchos asistentes cogieron las herramientas de los sepultureros y procedieron a derribar el muro que separaba el cementerio civil del católico.

Con la toma del poder por los franquistas se volvió a levantar la tapia de separación entre cementerios hasta que con la restauración de la democracia se derribó  definitivamente. Esto no ha acabado con  una cierta incomprensión, por no llamarla de otra forma, hacia los melillenses laicos que lleva a algunas personas a colocar símbolos religiosos sobre las sepulturas de José García Viñas y Josefina Dómine.

Fuente: Magacine Al Sur de Alborán

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Personas ilustres

El campo de las ánimas    

El campo de las ánimas está a la entrada del cementerio, en el denominado patio histórico, justo a la derecha. Es el más importante de todos los cultos y existe verdadera devoción, temor y reverencia hacia ellas.

Se visita tanto al entrar como al salir y sólo son invocadas en casos muy necesarios, bajo la estricta observación de cumplir con la promesa que se ofrezca y que no puede ser olvidada bajo ninguna circunstancia. Las ánimas siempre cumplen con lo que se les solicita.

Justo al lado de “Las Ánimas” se encuentra la tumba de Maria Cossimini, la pintora italiana, en la que se originó la devoción al “Cristo de Limpias”. Todavía pueden apreciarse las marcas en donde estaba enclavada la hornacina que contenía el afamado busto, que luego pasó a la iglesia de San Agustín, para desaparecer definitivamente en 1989

El Cristo de Limpias tiene fama de “poderoso”, de cuidar mucho de las personas que lo protegen y veneran. Su uso está muy extendido, es rara la casa de Melilla en dónde no existe una reproducción del busto. Su culto público se mantuvo vigente en Melilla a lo largo de 60 años.

La trinidad pagana

El acceso a esta Trinidad pagana lo abre la sepultura de Emilia Magdalena, quien debió ser muy devota del Cristo de Limpias, pues en la hornacina  se pueden contar hasta tres reproducciones del busto, así como otras figuras que la gente va depositando sobre ella.

Emilia Magdalena marca el primer vértice de este singular triángulo, siendo otro de los vértices “El soldado de los Milagros”, al que se llega en línea recta. Curiosamente, una de las tumbas más visitadas es del soldado Benito, al que en su momento La Santa madre Iglesia negó la sepultura en sagrado, lo que refuerza el carácter pagano de este tipo de culto.

Tanto esta zona del cementerio, como la anterior, a la que separa sólo un muro, es conocida por albergar en ella gran cantidad de cuerpos incorruptos, lo que en sus tiempos otorgaba fama de santidad.

El triángulo, símbolo pagano, figura mágica para los pitagóricos y pieza clave del ritual masónico, lo completa el curandero Antonio Moreno Cervilla, que se sitúa a la derecha del Soldado de los Milagros y siempre en línea recta.

Esta es una tumba visitadísima, muy efectiva a decir de las gentes que lo visitan y cuyo rito se completa bebiendo agua en la noche del viernes en que se haya solicitado el favor.

Otros recorridos

Hay más recorridos, otras sepulturas visitadas, pero cuyo culto se mantiene más discretamente. Hay otro nuevo culto, se rumorea, pero cuyo nombre no transciende, quizá por temor a que la excesiva atención lo desvirtúe.

Justo debajo del Ángel de África, se extienden dos grandes fosas comunes de los caídos de Monte Arruit y de soldados y militares anónimos, caídos en 1921 y años posteriores. Allí la gente deposita imágenes y exvotos. Muchas quedan ahí de modo permanente, otras se recogen a la semana siguiente, cuando se supone que la figura ha recibido la energía solicitada. Sería pues una manera pagana de bendecir una imagen sagrada.

  Hay historias casi olvidadas, cada década tiene su propio culto, su propio ritual. Tres han sobrevivido al paso del tiempo.

Hay también  una tumba de un concejal asesinado por los falangistas en 1936, que tenía por todo símbolo el triángulo masónico y que ya ha sido sustituido por la cruz. Hay muchas historias en el cementerio de Melilla. Estas son solo unas pocas.

Fuente: El Alminar de Melilla

Fosa Común

Lo que se conoce como “la fosa de las ánimas” del cementerio antiguo o histórico y la gran fosa municipal, que está al principio de las escalinatas que conducen al osario de la hecatombe de Monte Arruit. En esta última fosa, además de todos aquellos a los que le caducan las tumbas y enterramientos temporales, están la mayor parte  de los represaliados por el franquismo, a los que no se les permitió tener tumbas a perpetuidad. El franquismo, temía que las tumbas de aquellos que murieron en defensa de La República, acabaran convirtiéndose en lugares de culto popular y por ello, pasados los cinco años, enviaba los restos de todos a la fosa común y así nadie pudiera identificarlos nunca. Esta fosa municipal, que en realidad son tres consecutivas, alberga, entre otros muchos, los restos del martirizado ex- sacerdote  Diego Jaén Botella.

Localización

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