Cementerio de Villarrobledo

Muy cerca de su población encontramos el cementerio de Villarrobledo,  teniendo por nombre Santa Ana. Su solar es un amplio rectángulo, seguramente debido a sucesivas ampliaciones acometidas a los largo de su historia.

A pesar de que el recinto dispone de varias entradas diseminadas a lo largo de su perímetro, nosotros entramos por uno de sus laterales. Bajo un gran arco angular se encuentra su sencillo portón de entrada, el cartel dispuesto en su punto más alto así nos los confirma.

Una vez dentro vemos que, adheridas a sus paredes se encuentran las agrupaciones de nichos, son altas, contamos seis alturas divididas en dos pisos. Para acceder a la parte más alta se puede llegar a través de las escaleras dispuestas para ello aunque también,- signo de modernidad- han ubicado un ascensor en uno de sus laterales.

Paseando por sus cuarteles vemos escondidos panteones, edificaciones de distintos estilos pero con un nexo en común, los símbolos funerarios. Hay que fijarse pero se podrán ver relojes alados, ángeles, detalles de celosía y por supuesto elementos de forja.

Si duda un bellísimo cementerio que merece la pena visitar para conocer un poco más de la historia de la localidad.

La fosa se encuentra en un parking contiguo al cementerio de Villarrobledo, sobre ella han colocado un monumento conmemorativo a los caídos. En ella se puede leer las personas que perecieron aquí.

Esta ciudad actualmente cuenta con algunos puntos de interés reseñables, hay que decir que, aunque a lo largo del tiempo las antiguas civilizaciones edificaron aquí, a día de hoy algunas de ellas se encuentran en grave estado de deterioro.

En torno a la Plaza Ramón y Cajal se sitúa su Conjunto Histórico Artístico principal, la Iglesia parroquial de San Blas y la Casa Consistorial, gozando ambos de la categoría de Monumento Nacional.

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