Cementerio de Villarquemado

Al cementerio de Villarquemado lo encontraremos algo alejado de su población, el camino que nos guía hacia él es cómodo para ir dando un paseo aunque algo largo. Una vez que nos hallamos frente a su fachada principal veremos que está realizada en piedra, anexa a la sencilla puerta de entrada se encuentra la capilla del cementerio de estilo claramente románico y preparado para oficiar los servicios religiosos oportunos.

Ya desde la misma entrada y en su margen derecho se ubican las agrupaciones de nichos, todas ellas ornamentadas con pequeñas lápidas y salpicadas con arreglos florarles con multitud de colores.

En su zona central se hallan dispuestas las inhumaciones, la yerma tierra acoge a unas pocas sepulturas algunas de ellas con elementos muy sencillos de ornamentación como una simple cruz, otros, cuentan con cadenas que agarradas en sus cuatro esquinas por pequeñas peanas, siendo la línea más común en todas las sepulturas allí dispuestas.

En término de Villarquemado existen todavía dos fosas procedentes de la época de la guerra civil. La que se menciona aquí se halla en el cementerio y era de enormes dimensiones, pues llegó a contener los cuerpos de unos 270 soldados de uno y otro bando muertos en los combates que devastaron la zona en el invierno de 1937 a 1938.

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