Cementerio de Rágama

El cementerio de este bonito municipio salmantino se ubica fuera de su población, rodeado por campos dedicados al cultivo del cereal. Para llegar a él atravesaremos el municipio y al salir un camino de tierra nos va guiando hasta la misma puerta.

Yendo hacía el cementerio de Rágama una hilera de arboleda nos va dando sombra los días de calor, a la terminación de este camino nos topamos con la puerta y la fachada principal del recinto que se encuentra en perfecto estado de conservación. Su perímetro es un muro sencillo, corrido y entremezclado con ladrillo visto, su entrada principal se encuentra en uno de sus frentes, con puerta realizada en forja pintada en negro con remates en blanco, sobre ésta una pequeña cartela nos informa del año en el que este camposanto abrió sus puertas por primera vez.

Una vez dentro un pequeño camino diferencia claramente el recinto, en su lado izquierdo se encuentran dispuestas las inhumaciones realizadas directamente en tierra  y con elementos de ornamentación funeraria sencilla, una cruz realizada en forja emerge directamente de la tierra sin que tengan las sepulturas más boato.

En el margen derecho del camino principal y único veremos las sepulturas más actuales, éstas ya engalanadas con elementos como lápidas de granito de las cuales emergen sobre pequeñas peanas alegorías, prácticamente en todas ellas se pueden contemplar pequeños arreglos florales.

Como curiosidad diremos que este pequeño pero precioso cementerio nunca cierra sus puertas, se encuentra siempre dispuesto a recibir a todas aquellas personas que quieran presentar sus respetos a sus seres queridos.

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Cementerio de Rágama