El Cementerio de Pontevedra, consagrado como cementerio de San Mauro (en gallego Cemiterio San Amaro), fue construido en 1879 como consecuencia de la prohibición de los entierros dentro de las iglesias como ya sabemos. Fue proyectado por el arquitecto Rodriguez- Sesmero.

Dentro del cementerio, completamente decimonónico, encontramos diferentes mausoleos y panteones, de diferentes estilos, predominando el neogótico. También hay que destacar el uso de mármol de Carrara en muchos de sus panteones y esculturas.

Dentro del cementerio además encontramos la iglesia de San mamede, cuyo emplazamiento original no era ese. Del siglo XI, se encontraba en las cercanías del cementerio, abandonada y semi derruida. En 1967 la compra el Concello para reconstruirla y convertirla en un lugar de culto para cualquier religión. Y esto lo consiguieron “desiglesiando” la iglesia: la puerta principal en vez de estar mirando hacia el oeste, lo hace hacia el este.

Al ser una población grande, el cementerio de Pontevedra también dispone de su cementerio civil, en el que fueron enterrados los pontevedreses no creyentes en la religión cristiana, y cuenta con varias lápidas en las que podemos distinguir que sus actuales moradores eran masones además de fusilados y fallecidos del bando republicano durante la guerra civil.

Otro de los habitantes importantes de esta zona civil es un gato. Amparado por la tranquilidad de la zona, campa a sus anchas por esta zona del cementerio de San Mauro y es conocido como “el gato republicano”.