El cementerio de Níjar cuenta con solar trapezoidal rodeado en todo su perímetro por un muro corrido y encalado. Su acceso principal cuenta con una sencilla cancela en forja con doble hoja, rematado en arco de media punta con celosía. Dispone de bastante espacio para poder estacionar los vehículos y donde se agrupa el grueso de su vegetación ya que en interior del camposanto es bastante escasa.

Ya dentro veremos que este camposanto se haya dispuesto en agrupaciones de nichos algunos de ellos adheridos al cerramiento, de alturas irregulares con hornacinas y con sencillos elementos de ornamentación como una cruz realizada en forja, prácticamente todas ellas se encuentran encaladas dando una sensación del pulcritud al paisaje. Las pandas de nichos más actuales cambian de ornamentación contando con lápidas de mármol o granito, todas ellas con arreglos florales y símbolos religiosos.

Uno de los atractivos de la localidad es su núcleo urbano,  fundado por los musulmanes a principios del siglo XIII, destacando el barrio de la Atalaya y la plaza del Mercado, donde se celebraban los trueques. Allí también se sitúan el Ayuntamiento y la Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, antigua mezquita y cuya imagen de la Inmaculada es atribuida a Alonso Cano.

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