El cementerio de La Lastrilla se encuentra a la salida del pueblo, en uno de los desvíos de la rotonda, sin señalizar, pero se ve desde esta.

De nueva construcción, entre otras cosas se nota por la corta edad de sus cipreses, está delimitado por un muro de hormigón de color gris, en el que se abren dos puertas, una principal a la que se accede desde la carretera, y otra en el lateral izquierdo, en una zona que funciona como aparcamiento del cementerio aunque no esté señalizado como tal. La puerta, de madera ciega y corredera, no tiene ningún detalle especial.

En su interior encontramos un cementerio moderno, dividido en dos zonas por un camino central. A la izquierda encontramos la capilla y varia sepulturas a tierra, y a la derecha tan solo estas sepulturas, principalmente de granito y mármol, sin arte funerario destacable. Los muros están preparados para recibir nuevas ampliaciones si fuesen necesarias, y el espacio que lo rodea también, ya que al encontrarse a las afueras en una zona no urbanizada, hay espacio suficiente.