El cementerio de Horche se encuentra dentro de la población, muy cerca de la Ermita de Nuestra Señora de la Soledad.

Delimitado por un muro de piedra de media altura, se accede a través de una pequeña puerta de verja gris. El muro es lo suficientemente bajo como para poder ver el interior del cementerio desde la calle. Rodeado de árboles, en su gran mayoría abetos, su puerta está flanqueada por un par de plataneras de hoja caduca.

En su interior está dividido en dos zonas, delimitadas por un pasillo central. En los extremos hay varios cipreses plantados, y a lo largo del cementerio encontramos algún árbol diseminado. Solo el pasillo central está solado, el resto del cementerio es de suelo de tierra. Todas las tumbas son al suelo, y en ellas podemos encontrar la evolución de la moda a la hora de enterrar, desde las sepulturas de piedra características del periodo de posguerra, hasta las más actuales de las últimas décadas construidas en granito, más sobrias y fáciles de mantener a la hora de limpieza y cuidado.

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