Cementerio de Calanda

Próximo a su población encontramos el cementerio de Calanda. De solar rectangular, dispone de todo su perímetro cercado por un sencillo muro encalado, con columnas de ladrillo.

Este recinto abrió sus puertas por primera vez en 1833, aunque posteriormente ha sufrido ampliaciones y reformas, como así consta en su arco sobre el portón de entrada principal.

Un vez dentro, vemos como en su lado izquierdo se encuentran ubicados sepulcros de piedra, que envejecidos por el paso del tiempo, aún nos informa del morador que allí se encuentra.

Seguimos el camino que nace desde su entrada principal, éste se encuentra flanqueado por ambos lados por hilera de cipreses. Desde aquí vemos como en su perímetro interior se encuentran dispuestas las agrupaciones de nichos. De hasta cinco alturas cuentan con forma de hornacina y ventilación superior. Sus elementos fundamentales de ornato son las pequeñas lápidas que tapan la oquedad- algunas tienen pequeños cristales para protegerlas- arreglos florales e imágenes de índole religioso.

En el resto del recinto se hallan las inhumaciones realizadas en tierra. Aquí veremos una gran variedad de elementos decorativos, desde la más humilde cruz latina- en forja o piedra- hasta sepulturas más elaboradas. Pesadas piedras que se adornan con arpas, ángeles o cruces. Se encuentran también aquí, sepulcros que de manera majestuosa conviven con el resto de sus moradores.

Al final del recinto se dispone otra entrada al mismo- más actual- al igual que las pandas de nichos que allí encontramos.

En el cementerio de Calanda se halla la fosa  que contiene los restos de al menos 25 de las personas que fueron víctimas de la estremecedora matanza que tuvo lugar entre el 28 y el 29 de marzo de 1938, a los pocos días de la conquista del pueblo por los sublevados.

Aquí también  podremos observar el Templo del Pilar, dedicada por el pueblo en agradecimiento al milagro obrado en Miguel Pellicer,  el Antiguo Convento de los Capuchinos de Calanda- actual Casa de Cultura- datado en el siglo XVIII y con un claro estilo barroco y  el Castillo de Calanda, construido en el siglo XI fue parcialmente derruido durando la I Guerra Carlista, aunque recientemente ha sido restaurado.

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