Cementerio de Ávila

Ya desde la entrada podemos ver que el cementerio de Ávila es un cementerio majestuoso. Con una gran puerta principal en piedra decorada con tres escudos y rematada por una cruz, fue inaugurado en el siglo XIX como ampliación del ya existente de Santa María de la Cabeza.

Al atravesar la puerta principal nos encontramos una entrada preciosa, amplia, presidida por la cruz de guía de la que salen caminos hacia las diferentes zonas del cementerio. Ella misma da la bienvenida a un paseo de cipreses tan altos y frondosos que sin duda llama a adentrarse en él e ir descubriendo las diferentes maravillas que este cementerio encierra.

A lo largo de este paseo podemos encontrar verdaderas obras de arte funerarias, en forma de estatuas, símbolos funerarios, y verdaderas muestras de la arquitectura modernista representada en panteones, como los de Juan Sánchez Monge, el Conde de Montefrío, o la sepultura de la familia Vilegas.

Es un cementerio bastante extenso, en el que se puede ver todo tipo de enterramientos:  los majestuosos panteones ya mencionados, todo tipo de sepulturas a tierra, desde las más ostentosas a las más sencillas, pasando por todos los tipos de materiales, piedra, mármol y granito, y al fondo del cementerio podemos encontrar la zona de nichos. Se nota a simple vista las ampliaciones del cementerio ya sólo viendo la moda que rige esa zona de tumbas. Es un gran repaso de la evolución de las modas funerarias del siglo pasado.

Este cementerio de Ávila cuenta además con una de las tumbas más originales y curiosas que hemos visto:

Sin duda es un cementerio que visitar y descubrir en Ávila, ciudad llena de arte y cultura, incluso entre sus difuntos.

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Cementerio de Ejea de los Caballeros