El cementerio de Navacerrada se encuentra a las afueras de la población, en una zona de chalets y bosque de pinos. De planta rectangular, está delimitado por un muro de piedra encalado en blanco y rematado por un vierteaguas de tejas. Tiene dos puertas de entrada, una desde la misma carretera y la principal en una pequeña plazoleta de piedra. Flanqueando su entrada, una gran acacia nos invita a visitar este camposanto.

En su interior nos encontramos un cementerio sencillo, pero con encanto. Ha tenido varias ampliaciones, bien salvadas de lo escarpado del terreno por tramos de escaleras en piedra (de 3 o 4 escalones), lo que limita un poco el paseo a personas con movilidad reducida. Casi todas las tumbas son a tierra, solo hay una parte de nichos, de reciente creación, en la zona más nueva ampliada.

Las vistas del cementerio son excepcionales: integrado por completo en el aspecto que presenta la sierra madrileña, el paseo por este recinto lo convierte casi en una ruta de trekking por las subidas y la gran cantidad de naturaleza que puebla este cementerio. El verde de las plantas y el gris de la piedra lo convierte en un pequeño bosque tallado completamente integrado en la arquitectura y paisaje de la zona. Además a través de sus sepulturas podemos ver las diferentes épocas y modas funerarias.

Contacta con nosotras