Cementerio de Molina de Aragón

Llegamos al cementerio de Molina de Aragón circulando por una pequeña carretera que nos guía hasta la misma entrada, un pequeño grupo de árboles flanquea el camino, será la única vegetación que encontremos en el entorno.

La fachada principal  se compone por el muro encalado y la zona de acceso al recinto, bajo un sencillo dintel de piedra y un arco de medio punto se encuentra la entrada al cementerio de Molina de Aragón, sencillo trabajo de reja, en su parte superior algunos detalles en forma de celosía embellece la puerta. Sobre el dintel se puede leer con claridad la fecha en la que este camposanto comenzó a acoger almas: 1.884. El conjunto se remata en su punto más alto con una campana.

Dentro y desde el mismo punto de entrada al cementerio un camino divide el recito en cuarteles más pequeños, a la derecha de él se pueden apreciar la agrupaciones de nichos, no disponen de muchas alturas y se rematan con tejado  a cuatro aguas. Las pequeñas y pesadas losas se encuentran ornamentadas con variados elementos; cruces, imágenes de vírgenes, frases de duelo o despedida, todo ello salpicado del color que aportan los arreglos florales.

Seguimos avanzando para ver las inhumaciones, éstas también son variadas en elementos de  ornamentación, según la época en que fueron realizadas. Las más vetustas de ellas presentan detalles en forja tales como cruces o pequeños enrejados. Las estelas de piedra también se imponen y conviven con armonía al igual que los enterramientos más actuales, éstos disponen de materiales más actuales como el granito, sobre la lápida se eleva en casi todas ellas la cruz latina, símbolo cristiano por excelencia.

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