Cementerio de Adeje

El cementerio de Adeje es uno de los cementerios que no debemos perdernos, no tanto por el arte funerario encerrado en él, como por su disposición y armonía.

Está dividido en tres zonas: una principal,en la que podemos encontrar en un amplio patio las oficinas y una capilla. Nada más entrar encontramos una placa que reza: «A los adejeros que nos precedieron y con su esfuerzo fueron conformando la identidad de este pueblo. A los que reposan en este cementerio y en especial a los que murieron lejos de su tierra. A los que padecieron por la injusticiam la intolerancia o la incomprensión. A todos los que amaron nuestro pueblo. Memoria y honor»

De un patio a otro se llega a través de pequeños arcos que separan unos de otros. En el primer patio del cementerio propiamente dicho, encontramos un cementerio limpio y ordenado, casi hecho a compás. Un camino central (que lleva al siguiente patio), divide en dos el terreno, que casi parece desdoblado sobre sí mismo: en las paredes filas de nichos todos con el mismo tipo de flores, todos, todos decorados y en el suelo, dos parterres de césped que guardan algunas tumbas a tierra, bastante diseminadas.

El tercer patio guarda semejanza con el segundo, guardando la misma forma y decoración. Al final hay una puerta que lleva a una especie de parque, que guarda tanta armonía con el cementerio que pensamos que era un jardín del recuerdo.

El cementerio de Adeje es un lugar elegante que invita al paseo, la meditación y la visita.

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