Cementerio de Marchamalo

La Ermita de la Soledad, del siglo XVII cuenta con una sola nave y está construida en ladrillo, es la única de entre todas la que había en la población que aún se conserva en pie, en su interior alberga la imagen de la Virgen de la Soledad y adherida a ella el cementerio.

El cementerio de Marchamalo cuenta con solar irregular debido a las ampliaciones sufridas a lo largo de los años, como ya hemos mencionado se encuentra anexa a la Ermita de la Soledad, donde aún a día de hoy se ofrecen los oficios religiosos propios para despedir al ser querido.

Su entrada se realiza por un portón de forja, encuadrado en pared  de ladrillo rematado en punta de flecha. Una vez dentro desde el mismo instante que traspasamos el portón la sepulturas se van disponiendo por todo el recinto, algunas de ellas de manera ordenada, aunque las más antiguas están diseminadas sin orden alguno. El núcleo del cementerio lo protagoniza el único panteón que se encuentra en el recinto, se halla prácticamente en el medio, una única edificación cuadrada, solemne y que custodian dos ángeles labrados a cada lado de la puerta.

En uno de los laterales del cementerio se encuentran las agrupaciones de nichos, todas ellas con lápidas de mármol o granito, así como arreglos florales e imágenes religiosas.

Un curioso cementerio, que los habitantes del lugar se encargan de mantenerlo limpio y siempre salpicado de flores, en homenaje a sus difuntos.

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