Cementerio de San Juan de Mozarrifar

Para conocer el cementerio de San Juan de Mozarrifar hay que remontarse al siglo XVIII cuando se abría una parroquia en esta pequeña localidad zaragozana y por ende anexo a él su primer cementerio.

Habría de pasar unos pocos años para que los vecinos de la localidad apremiaran al Gobernador para la construcción de un nuevo cementerio debido al crecimiento de la población. Dicho proyecto recae en el arquitecto municipal José de Yarza Miñana, y lo que en principio debía ser una ejecución reconocida como obra pública este segundo cementerio pasa a la Diócesis en base a la legislación canónica. Finalmente construido su administración queda en manos del párroco de la localidad.

El inevitable paso de los años hace mella en este segundo cementerio de San Juan de Mozarrifar, es necesario realizar obras de mejora. Así lo hace saber el alcalde al Ayuntamiento de Zaragoza y después de los trámites pertinentes el cementerio es ampliado y construyen un osario.  A primeros del siglo XX se plantea una nueva necesidad; el cementerio no posee espacio para los enterramientos civiles, las malas condiciones en la que nuevamente se ve sometido este cementerio hace imposible cubrir la nueva demanda y tras sopesarlo las autoridades  deciden volver a construir un nuevo cementerio.

Aprobado por el Pleno y con un presupuesto de 11.596,84 pesetas comienza el nuevo proyecto, el encargo recae en José de Yarza Echenique y el terreno finalmente elegido es el situado en el monte de San Gregorio.

El nuevo cementerio de San Juan de Mozarrifar posee planta rectangular, la entrada situada en el centro de la tapia es elegante y sobria, siguiendo la estética funeraria del momento; cruz de filigrana de hierro en el remate.

Desde este punto nace el camino que lleva al núcleo del recinto, se puede comprobar que en origen este cementerio estaba dispuesto para las inhumaciones; pequeñas cartelas emergentes, cerramientos de filigrana en hierro, estelas funerarias, todas ellas nos cuentan la evolución en las costumbres funerarias a lo largo del tiempo.

En el centro del cementerio de San Juan de Mozarrifar se levanta la Capilla, junto a ella dos pequeñas construcciones que corresponden al Osario y a una pequeña Sacristía.  Los panteones se cuentan en menor número y están adosado a las tapias al igual que las agrupaciones de nichos.

 La fosa del pueblo de San Juan de Mozarrifar ha desaparecido en gran parte debido a una de las últimas remodelaciones del camposanto. Se trataba más bien de un grupo de sepulturas individuales en las que yacían los cuerpos de varias decenas de prisioneros del campo de concentración que existió en el lugar entre 1938 y los primeros años cuarenta, muertos principalmente a causa de las enfermedades que se extendían entre los reclusos. Sus tumbas fueron señalizadas con una serie de pequeñas estacas de madera, en la actualidad desaparecidas.

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